El 16 de diciembre de 2008, Oskar, me invitó a su clase de ceremonia del té… a mi que me parece agua sucia… Además que yo pensaba que eso era cosa de chicas… Lo que me hizo pensar que lo del karate era sólo una excusa para parecer más macho… Por si se tenía la oportunidad de confirmar que llevaba sujetador, decidí acercarme a ver qué tal lo hacía, eso sí, cámara en mano.
Antes de encontrarnos, me mandó un mail o algo con letras, que decía que el punto de encuentro era la entrada de la Inokashira y venían más españoles. No. Que ya tengo bastante de españoles gilipollas en Tokio y ando por las sombras para no encontrarme a ninguno más. Pero nada, el chaval insistió en que eran buena gente cuando le dije que pasaba de reuniones en las que se presume del tamaño descomunal de nuestros miembros, de la cantidad de visitas que tienen nuestros blogs, de negocios que no existen, y de que nos hemos acostado y encandilado a más mujeres que Julio Iglesias… las cuales, todas ellas, nos han dicho que nunca jamás habían visto algo tan grande como lo que cuelga de nuestras ingles…
Fui, me tomé el té. No me gustó, pero dije que estaba bueno para no meter la pata. Confirmé que Ikuski lleva sujetador, pero no lo pude grabar porque en ese momento no funcionaba la cámara. Conocí a esa gente que resultó ser mucho menos gilipollas de lo que yo lo soy (¿os habíais pensado que no sé lo mío?), y pasé un rato divertido. Oskar, el próximo igual pero haces zumo de piña.
No sabía muy bien qué hacer con el vídeo, pero busqué una canción que me transmitiese ese recuerdo, esta vez en la categoría de Latin Jazz de mi iTunes, y me dejé llevar. Lo acababa este fin de semana en un viaje de más de cuatro horas en el tren…
He querido darle la imagen saturada y brillante que me transmite el té verde. Un color excesivo. He querido darle acción y dinamismo a algo muy quieto y tranquilo como es la ceremonia, prestando atención a los detalles, a la cantidad de movimientos de las manos, a lo medido de las cosas,..
Quiero dedicar este sencillo vídeo a la gente que compartió conmigo ese brebaje, realmente geniales todos: Nere y Lorco, Chiqui y Elmimmo. A Oskar por invitarme, no a beber algo que no me gusta, si no por darme una razón para crear algo, en este caso un vídeo. Y quiero dedicarlo al tito Aurelio, adicto como nadie al té verde, la próxima ceremonia contigo.